El cultivo de la vid en la región de Doñana, en la provincia de Huelva, ha estado estrechamente ligado a la sostenibilidad y la ecología a lo largo de los siglos. A continuación, se detallan algunas de las vinculaciones más destacadas:

• Siglos XIV y XV: Durante la época medieval, los monjes de los monasterios de La Rábida y Santa María de la Rábida cultivaban la vid en las tierras cercanas a Doñana siguiendo prácticas sostenibles y ecológicas. Se utilizaban abonos orgánicos, como el estiércol, para mejorar la fertilidad del suelo y se aplicaban técnicas de poda y riego que favorecían el crecimiento de la vid.
• Siglos XVIII y XIX: En esta época, el cultivo de la vid en la región se expandió, y se construyeron numerosas bodegas y lagares para la elaboración del vino. Sin embargo, la explotación intensiva de las tierras y la falta de medidas de conservación y sostenibilidad llevó a la degradación de los ecosistemas naturales de la región, como los bosques de ribera y las marismas.
• Siglos XX y XXI: A partir de la década de 1960, se iniciaron iniciativas para recuperar y conservar los ecosistemas de Doñana, y se promovió un cultivo de la vid más sostenible y ecológico. Se adoptaron técnicas de agricultura ecológica, como el uso de abonos orgánicos y la reducción del uso de productos químicos, y se implementaron medidas de conservación y restauración de los ecosistemas naturales.